Hubo un tiempo en que prometieron que con las maquinarias los hombres trabajarían menos. Los hombres
se pusieron a inventar desaforados, soñando con mas tiempo junto a sus familiares, mas posibilidades de
vida social, de superación y de disfrute. Ahí vino la revolución industrial de golpe. Después los
gobiernos, corruptos desde el inicio de los excedentes de producción, que permitió que una parte de
la tribu se dedicara a crear historias para controlar con los miedos y las religiones, se dieron
cuenta que una humanidad tecnológica, tendría mucho tiempo para darse por enterada que estaban siendo
estafados y controlados por una casta burocrática inservible que cuando menos, ni siquiera tenía
capacidad administrativa, que era lo único que se necesitaba y suplían estas carencias con
adoctrinamientos, controles, prohibiciones y castigos, muchas veces tan fuertes como quemar gente en
las hogueras o exterminar poblaciones enteras en nombre de cruzadas improductivas y degenerativas del
desarrollo humano, borrando creaciones y creativos, eliminando bibliotecas de conocimiento, dejando
la supervivencia a los violentos, guerreros analfabetos y oficiales esclavistas.
Entonces la
humanidad fue hacia atrás de nuevo. Retrocedió a que unos pocos disfrutaran del excedente de
producción y a multiplicar por miles las historias que enfilan mediante el miedo y la culpa a una
gran parte de la población a trabajar y donar sus ganancias sin nada a cambio, mediante la violencia,
las guerras la destrucción y las leyes beneficiarias en un solo sentido.
Que poco duró aquella revolución industrial pura, en pos de la mejoría de la humanidad.
Ahora estamos tan hundidos en la perfección de la revolución burocrática que aplaudimos con euforia
los logros "tecnológicos" que son medicinas que no curan, dispositivos de seguimiento y control,
carísimos engendros militares.
Atrás quedaron, sepultados por el ruido de nuestros aplausos a las
pantallas táctiles oled y amoled y a la delgadez de los nuevos televisores donde insuflan odio, miedo
y ermitañismo a las poblaciones, aquellas invenciones e inventores que dominarían la energía que
regala a borbotones este planeta para no tener que quemar petróleo ni carbones nunca mas, quedó la
educación para el desarrollo del intelecto, quedó el verdadero conocimiento de la ética de la
convivencia, el respeto y las libertades.
Todo lo que sucede hoy no es casual. Las guerras, el terrorismo, el fanatismo, la represión, todo eso eso es planificado y alimentado por quienes ganaron en la carrera por el control de la tribu y quienes tienen derecho a superarse y mejorar sus mecanismos. Y eso no se gana con bombas, ni con ejércitos, ni con restricciones. Un equipo de labranza siempre consiguió mas paz, que 100 cruzadas juntas.